A principios del siglo XIX en Europa, Napoleón tenía como objetivo crear un imperio y el Reino Británico era su principal rival. Este enfretamiento otorgaba a los vastos territorios hispanos en América un papel estratégico y económico de gran importancia para el Reino Unido, que se hallaba por entonces en plena Revolución Industrial.
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Santiago de Liniers, defensor de Buenos Aires |
Un año después de la batalla de Trafalgar, en 1806, una flota inglesa llegó a Buenos Aires. En esta primera invasión, las tropas británicas ocuparon la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata. Entre el 27 de junio y el 20 de agosto de ese año, el general británico William Carr Beresford gobernó la ciudad, pero fue vencido por un ejercito organizado en Montevideo y comandado por Santiago de Liniers, al que se sumaron milicias populares porteñas creadas espontaneamente por los habitantes de la ciudad.
Este acontecimiento es conocido como la Reconquista de Buenos Aires.
Un año después, en 1807, se produce una segunda invasión, en la que las tropas británicas, luego de tomar Montevideo, fueron rechazadas cuando intentaron ocupar Buenos Aires. Las fuerzas defensoras estaban integradas en su mayoria por las milicias urbanas que se habian armado y organizado militarmente para la Reconquista en ocasión de la primera invasión.
Este segundo rechazo de 1807 es conocido como la Defensa de Buenos Aires. Las dos invasiones formaron parte del hostigamiento que el Imperio Británico desplegó durante todo el siglo XIX sobre las colonias españolas toda América.
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Rendición de los ingleses ante Santiago de Liniers en Buenos Aires |