La labor desarrollada por nuestra catolicidad en Malvinas para el servicio espiritual y religioso de su poblacion, fue improba.
Vale la pena asentar esta presencia, durante el periodo español, que se manifesto plena e ininterrumpidamente.
Si bien con Boungainville, en 1764, llega el benedictino Antonio Jose Pernetti -nacido en 1716- que ademas de las acciones propias de su funcion, realiza observaciones que luego volcaria en una obra titulada Journal historique du voyage fait aux iles Malouines el auz detroit de Magellan (Berlin, 1769) y en Dissertation sur I'Amerique et Americains (Berlin, 1770) como replica a proposito de un tema agraviante para América y sus habitantes escrito por el abat Cornelio Pauw, la actividad religiosa en las islas se incrementario a partir de 1767, cuando con los españoles llegan cinco franciscano, de los cuales, segun la fuente bibliografica consultada, solo quedo el nombre de uno de ellos, fray Sebastian Villanueva.
Se supone que el padre Villanueva fue el unico que quedo en la islas y que oficiaba misa en la capilla construida por el benedictino Pernetty.
El Padre Villanueva falleceria en Montevideo el 18 de febrero de 1806.
En cuanto a la vida religiosa durante el establecimiento inglés, digamos que, tras el desalojo, en la inspeccion ordenada por Gil de Lemos, no fue hallada ni siqueira "una cruz, ni... las paginas de una Bliblia o de un Prayer - book, el libro de Thomas Cramer que habia reemplazado el Breviario y el Misal de la Iglesia Anglicana".
Tras esta presencia franciscana, llegarian los mercedarios, originarios de Buenos Aires y que figuran como Capellanes de Malvinas.
