No hemos de entrar en el detalle de las gestiones emprendidas por cada uno de los gobernadores restantes. Si, como es logico cada uno de ellos imprimio a su accionar matices particulares en general dichas gestiones se caracterizaron por una preocupacion comun: la de no hacer faltar los viveres que debian llegar periodicamente; la de mantener las instalaciones y fortificaciones; la de cuidar el incremento del ganado, y la de administrar cabalmente los recursos para la vida civil y militar de las islas.
La rutina, sin embargo, se caracterizo por una denodada lucha contra las adversidades, no solo por un clima de extrema dureza y por un suelo de escasos recursos naturales, sino tambien por la clasica insuficiencia de hombres, armas y navios, que impidio desplegar medidas al nivel requerido por las ciscunstancias demarcadas por la constante y, cada vez mayor, intrusion colonialista, de la que ya hemos hablado. Al respecto, debemos tener en cuenta los dos propositos que esa intrusion conllevaba: Uno, perfectamente manifiesto: la depredacion de nuestras mas valiosas especies marinas tras una politica netamente comercial: el otro, en camino, velado, perseguia, incuestionablemente, la posesion de esa zona, tras una politica bien establecida en Londres expansion y conquista.
Y es frente a estos propositos, cuando la accion española de sus gobernadores, en inferioridad de condiciones, se nutre de una ferrea voluntad y de improbo esfuerzo. La accion de ordenan, de vigilancia, intercepcion y expulsion de las naves dedicadas a la actividad ilicita, se cumple como se puede. Y si ella no es total, al menos se supone que logro restar mayor dimension a una actividad, ya inmensa de por si.
De este aspecto de la gestion de quienes gobernaron Malvinas, en el periodo hispanno, se consevaron numerosos informes, cronicas y documentos. Ellos hablan, tanto de la magnitud de la depredacion, como la de la inclaudicable labor desarrollada para cumplimentar acabadamente las Ordenes Reales emanadas del Rey español: expulsar a "los Vasallos del Rey Britanico" y destruir "cualquier establecimiento que alli (se) encontrase...".
Y si los incovenientes señalados fueron causa de no poder poner punto final a la intrusion, al menos quedo de ellos el fruto civilizador de la presencia hispanica: el conocimiento que a traves de los viajes y las inspecciones fueron adquiriendo los marinos españoles, permitio una precisa cartografia y una clara toponimia de la region, que mas tarde serviria para el asentamiento de nuevas poblaciones, como las patagonicas, por ejemplo, del que hablamos en el capitulo anterior de esta Historia.
Dejamos, asi, reconocida la gestion comun que caracterizo a los 20 gobernadores españoles. Falta agregar que con ellos, y a traves de su interrumpida presencia de casi 44 años, se establecio sin discusiones el derecho hispano a esas islas. Como un largo e infatigable prologo a nuestra proxima y legitima soberania sobre las islas Malvinas.