Aunque en rapida reseña, entraremos en un tema que creemos importantes ser tenidos en cuenta, para conocimiento básico de las alternativas de este largo litigio por las posesiones malvinenses.
Hacie fines del 1600, los derechos y fundamentos de la posesion de nuevas tierras, o toda posible disputa o contoversia sobre ellas, se basaban en la doctrina de la ocupacion.
Recien en 1758 un autor, Vattel, lanza en su obra "Droit et Gens" la tesis del descubrimiento como derecho de ocupacion (a pesar, agrega Goebel, de que no en otro pasaje de su obra, Vattel mismo limita el alcanze de esa teoria.)
Sobre esta pregrina idea -abrazada por algunos autores- se basaria Lord Egmont para defender la usurpación anglofila, fundamentandola en las nunca demostradas manifestaciones de Davis y Hakins (1592 y 1594, respectivamente) ya mencionadas anteriormente.
Como aparentemente, el almiratazgo no las considero suficiente, incluyo el desembarco de 1765 para sustentar la posesion (de todas formas, producido un año despues del asentamiento de Boungainville.)
Pero la argumentacion de Egmont no podia estar mas alejada del concepto de derecho imperante, si tenemos en cuenta que entre una y otra circunstancia transcurririan casi dos siglos.
Esta misma incosistencia se repetiria tras la usurpacion que, en 1833, el colonialismo inglés perpetraria contra nuestras Malvinas, en ese entonces bajo nuestro pabellon. La respuesta de otro de los siniestros personajes de la Corona britanica, Lord Palmerston, se basa en la prioridad inglesa que le conferia "el descubrimiento" en 1594 y la ocupacion de Mc Bride en 1764.
En este caso, entre una y otra circunstancia, habrían de pasar... ¡ciento setenta y dos años!