En los escasos dos dias que duro la visita del Papa a Buenos Aires, entre el viernes 11 y el sabado 12 de junio, las acciones belicas, en el archipielago malvinense decrecieron en cantidad e intensidad, aunque continuaron los choques entre las avanzadas de ambos ejercitos, los vuelos de reconocimiento y hostigamiento mutuos y el refuerzo de las respectivas posiciones. En la noche del sabado al domingo 13, sin embargo, los invasores desataron el fuego concentrado de los cañones navales, la artilleria terrestre, la coheteria desembarcada y los bombardeos aereos sobre las lineas e instalaciones argentinas logrando quebrar el sistema defensivo en varios puntos.
La jornada del domingo -ultima de los combates encarnizados- transcurrio en medio de hondas expectativas por el curso de los sucesos en las Malvinas, sabiendose, por los comunicados narciales del E.M.C. y las emisiones radiales captadas en Montevideo y las ciudades costeras patagonicas, que la situacion de las tropas argentinas era comprometida, al ser sometidas a un ataque generalizado con todos los medios britanicos y obligadas a recontrarse en el puerto y el casco de la ciudad capital. Las ultimas horas de ese domingo 13 de junio transcurrieron sin que tuviera informes, oficiales o indirectos, sobre la marcha de la batalla en Puerto Argentino.
Por la noche, sin embargo, anuncion del E.M.C., versiones periodisticas y noticias de radioemisoras de paises vecinos, adelantaban que el final de la lucha se acercaba. Cerca de medianoche, un comunicado oficial daba cuenta de que habia una tregua y se negociaba entre los comandos militares de las fuerzas enfrentadas las condiciones del cese de los combates.
El lunes 14 de junio de 1982 las fuerzas argentinas, agotadas, se rendian, luego de ajustarse los terminos entre los comandantes argentino e ingles.
Con gesto demudado, con tono casi vociferante, el entonces presidente Galtieri informaria al pais de los hechos. "El combate de Puerto Argentino ha finalizado", dice.
Asi fue.