El "capitan" Ambrose Cowley que invento las islas Pepys, pertenecia a la tripulacion de un navio corsario del que tambien formaban parte, entre otros aventureros intrepidos y excelentes marinos, William Dampier, Edward Davis y John Cook; este ultimo dirigia la banda. Digamos, sin ocuparnos mas de sus precedentes aventuras, que estos "hermanos de la costa" habian partido de Sierra Leone en noviembre de 1683, en el navio Batchelor's Delight, con destino al estrecho de Magallanes. La travesia se efectuo directamente sin avisar la costa -salvo, quiza, el Brasil hasta una latitud que Cowley estima en 47° S.: alla, el 28 de enero de 1684, se les aparecio una tierra nueva... El Diario de Cowley ha sido publicado por William Hacke, leese alli, acerca del punto que nos ocupa "Conservamos nuesto rumbo al S.O. hasta alcanzar la latitud de 47°, en que vimos tierra; era una isla desconocida, hacia nuevo oeste. Estaba deshabitada y yo le di el nombre de la isla Pepys. Encontramos alli grandes puerto donde mil navios tendrian capacida, etcetera.
Tal es la noticia de Cowley, que revisada y embellicida por el editor, estaba destinada a una fortuna extraordinaria. Halley, Anson, Byron y otros veinte navegantes, cerraron los ojos ante la extraña situacion de esta isla, a la que se arriba por el este; ante estas selvas y estas corrientes de agua vistas desde navio, ante este bautismo impuesto por un simple suboficial de la armada, etc. Hubiera sido demasiado simple ceer en un embuste fundado en la ignorancia de Cowley; las Pepys resistieron, prolongaron -como dijimos- hasta mediados del siglo XIX su quimerica existencia. Y mientras este fantasma se encarnaba en la imaginacion popular, el publico lector tenia bajo los ojos el pasaje siguiente del Journal de Dampier que parece ser mejor observador que Cowley; aunque no menos pirta y bucanero:
"El 28 de enero, reconocimos las islas de Sebald de Weert. Son tres islas rocosas y esteriles, sin un arbol, reduciendose toda la vegetacion a matorrales. Las dos islas septentrionales se encuentran a 51° S.; la otra, a 51° 20' S., etc.".
Ahora bien, nadie en este mismo buen publico, del que han formado parte sucesivamente, como hemos dicho Halley, Anson y tantos otros, nadie se tomaba el trabajo de relacionar los textos y fechas para llegar a este descubrimiento: ¡que Dampier y Cowley, estando a bordo del mismo navio, no podian en consecuencia referirse mas que a las mismas islas, reconocidas el mismo dia!.