Fue otra expedicion holandesa la primera que volvio a ver las islas Sebaldinas, dieciseis años despues del descubrimiento. Se sabe que importantes resultados hicieron memorable el viaje de Jacob Le Maire y Wilhelm Schouten a las regiones australes. Estos estaban perfectamente en regla. Algunos mercaderes ricos de la ciudad de Hoorn, cuyo principal era Isaac Lemaire, intentaron hacia 1613 sustraerse a la verdadera tirania ejercida por la Compañia Holandesa de las Indias Orientales, buscando al Sur del Estrecho de Magallanes, un nuevo paso hacia el Mar del Sur. Habiendo obtenido letras patentes de los Estados Generales y una comision del principe Maurice de Nassau, equiparon un gran navio armado en guerra, el Endracht, de 360 toneladas, cuyo comando fue dado a Wilhelm Schouten; Jacob Le Maire, hijo del principal armador, participaba del viaje como representante de la sociedad y verdadero jefe de la expedicion.
El Eendracht, acompañado de una gabarra comandada por el hermano menos de Schouten,se hizo a la vela del Texel el 14 de junio de 1615. Despues de haberse aprovisionado de viveres frescos en Cabo Verde y en Sierra Leone, los dos navios arribaron el 6 de diciembre a Puerto Deseado donde un incendio destruyo la gabarra. El Eendracht, solo ahora, volvio a hacerse a la mar el 13 de enero de 1616, despues de haberse abastecido y provisto de agua fresca. Cinco dias mas tarde, el 18 de enero, Le Maire y Schouten reconocieron, al sureste, las islas de Sebald de Weert, segun cuidaron de nombrarlas en el diario de viaje al determinar su posicion. Habiendolas costeado, conservandolas a la izquierda durante algunas horas, hicieron proa al suroeste, hacia sus propios descubrimientos del estrecho y del Cabo de Hornos, a donde no nos interesa seguirlos.Nos ha bastado hacer confirmar por los famosos expedicionarios holandeses, el descubrimiento que habia efectuado uno de sus compatriotas, algunos años antes.
No parece que en los años siguientes y durante la mayor parte del siglo XVII, las Sebaldinas hayan sido visitadas por navios que se dirigian al Mar del Sur. Por los menos ninguna de estas exploraciones -si las hubo- ha dejado rastros escritos. Finalmente, las expediciones al Pacifico se volvieron bastante raras. Haciendose la mayor parte de trafico peruano por Portobelo, corsarios, piratas y filibusteros se dirigieron entonces hacia el Mar de las Antillas y hacia el Atlantico en acecho de los galeones españoles. Es preciso llegar a los ultimos años del siglo para volver a encontrar, y otra vez gracias a los piratas, algunas menciones nuevas de las islas descubiertas por los holandeses; es verdad que las frecuentaciones, una vez recomenzadas, se multiplicaron merced, sobre todo, a los marinos de Saint-Malo, y no se interrumpieron mas. Fue un corsario ingles quien reanudo la cadena. Pero antes de llegar al viaje del capitan John Strong, debemos decir algunas palabras de otro pretendido descubrimiento, mencionado a menudo en el siglo XVIII, y al que ya hemos aludido. Se adivina que deseamos hablar de estas famosas y falaces Pepys, que arrojan, sobre el modo de proceder y la psicologia de ciertos descubridores y editores britanicos, una luz curiosa y significativa, a tal punto que aclara hasta estas primeras expediciones indecisas, cuya irrealidad hemos demostrado, mas o menos, hace poco.