8 jun 2015

Discusion con el Foreign Office

La respuesta de lord Palmerston, fechada el  8 de enero de 1834, se desentendia en absoluto de los origenes historicos de la cuestion. Despues de haber recordado la protesta de Mr. Parish, que "explicaba y justificaba" la manera de proceder de la Clio, la nota inglesa se encierra en esta tesis: que "en el momento de la cuestion de 1771, se ha tratado siempre de las islas Malvinas inglobo y que, por otra parte, no ha existido jamas una promesa formal de abandono". Demostraremos que la primera proposicion es absolutamente falsa; en cuanto a la segunda, si bien no es materialmente refutable, puede serlo moralmente si se admite este pase libre politico, del que la antigua diplomacia ha usado mucho para que sea negable: la duplacidad.
Moreno volvio a la carga el 29 de diciembre de 1834. En una nueva nota al duque de Wellington, basado en la obra de Burney que parece no haber conocido anteriormente, aunque la Chronological History date los primeros años del siglo; comparaba tambien alli, con bastante acierto, el caso de las islas Falkland con el de la bahia de Nootka... Pero se hace demasiado evidente que el enviado argentino hablara en lo sucesivo ante oidos de mercader.
Una tercera nota, del 18 de diciembre de 1841, obtuvo tan solo un aviso de recibo de lord Aberdeen. Una cuarta, del 19 de febrero de 1842, fue un poco mas feliz; merecio, de parte del lord Secretario, esta breve refutacion fechada el 5 de marco:
"El gobierno britranico no puede reconocer a las Provincias Unidas el derecho de alterar un acuerdo concluido, cuarenta años antes de la emancipacion de estas, entre la Gran Bretaña y España. En lo concerniente a su derecho de soberania sobre las islas Malvinas o Falkland, la Gran Bretaña considera este arrenglo como definitivo; en ejercicio de este derecho, acaba de ser inaugurado en esas islas un sistema permanente de colonizacion: el gobierno de S.M.B. comunica esta medida al Sr. Moreno, al mismo tiempo que sus determinacion de no permitir ninguna infraccion a los derechos incontestables de la Gran Bretaña sobre las islas Falkland",
La puerta estaba cerrada con dos vueltas de llave. Ante esta actitud, el enviado argentino solo podia dejar las cosas como estaban, formulando, segun lo hizo el 10 de marzo de 1842, una ultima protesta de caracter solemne y permanente; he aqui la conclusion:
"El abajo firmado, en ejecucion de los deberes que le imponen sus intrucciones, se ve en la necesidad de manifestar, para que el silencio de las Provincias Unidas no sea interpretado como un asentimiento tacito, que las Provincias Unidas no pueden ni podran jamas conformarse con la resolucion del gobierno de S.M.B., del 5 del corriente, que consideran injusta y contraria a sus derechos evidentes; reproducen sus Protestas del 17 de junio de 1833 y del 29 de diciembre de 1834, contra la soberania que se ha arrogado la corona de la Gran bretaña en las islas Malvinas, y contra el despojo y la desposicion ejercidos contra los establecimientos de la Republica en Puerto Luis, llamado tambien Puerto Soledad, por la corbeta de S.M.B. Clio, cuya reparacion, se les debe, asi como tambien por todo acto resultante de la dicha ocupacion: en consecuencia, el gobierno de las Provincias Unidas deposita estas Protestas y les deja todo el valor que actualmente y en cualquier otra epoca puedan tener".
Alli quedo la discusion. Jamas ha sido reiniciada a fondo, habiendose limitado el gobierno britanico, en adelante, a comunicar el recibo de los resfuerzos intentados del lado argentino para hacerla revivir. Esta actitud no ha variado ni ahora ni entonces, segun lo hemos visto a proposito del Atlas del Instituto Geografico, cuando el incidente fue suscitado por el Enviado britanico. Aqui, como en Londres, el gobierno ingles se atuvo a las declaraciones de 1842, sin aceptar ningun examen de sus titulos. El gobierno argentino hubiera podido imitarlo, porque ni el Memorandum de 1885 ni la nota final del 20 de enero de 188 al enviado Pakenham, revelan el menor estudio personal de la cuestion ni agregan nada a las manifestaciones de Manuel Moreno.