7 ago 2015

Relativos al incidente de 1770-1771 Nº 2

De lord Weymouth a Mr, Harris

San Jaime, Septiembre 12 de 1770.

Señor

Habiéndome informado el Embajador Español aquí residente, que tiene fundados motivos para creer que el Gobernador de S.M.C. en B. Ay. ha tomado sobre si hacer uso de la fuerza, a fin de desposeer a los Ingleses de su establecimiento en Puerto Egmont en las Islas de Falkland; añadiendo, que ha sido ordenado haga esta representación, para evitar las malas consecuencias que pudieran ocasionarse siendo esto comunicado por otro conducto, y expresando sus deseos, de que cualquiera que fuese el resultado en Puerto Egmont, a consecuencia de un paso del Gobernador, tomado sin instrucción particular alguna de S.M.C., no seria productivo de medidas, por parte de esta corte, peligrosas a la buena inteligencia que hoy existe entre las dos Coronas. Conteste a S.E., que si eran bien fundados sus recelos acerca del ejercicio de la fuerza por parte del Gobernador de B. Ay., era difícil que nosotros hallásemos medio alguno de evitar las fatales consecuencias de semejante paso. Observe igualmente, que sabia que las instrucciones de S.M. al oficial que presidio el establecimiento en Puerto Egmont, y a los que le sucedieron en aquel mando, eran de que amonestasen a los súbditos de otras Potencias a que se retirasen de el; pero que sabia que aquellas instrucciones al mismo tiempo prescribían a aquel oficial la obligación de establecerse conjuntamente con los súbditos de cualquier otra Potencia que allí se hallaren, si se negasen estos a retirarse, después que fuesen comedidamente amonestados para ello, remitiendo a sus respectivos Soberanos la discusión del derecho; y que conociendo el espíritu pacifico que ha dictado aquellas instrucciones, era imposible dejar de prever la sorpresa y sentimiento que un retorno tan hostil, en medio de las profesiones amigables y pacificas de ambas Cortes, debía producir en el pecho de S.M., pero que no obstante, la circunstancia de haber procedido el Señor Bucareli a esta espedicion sin haber recibido ordenes de S.M.C., presentaba una coyuntura que no permitía desesperar de ver arreglado este asunto, sin recurrir a las extremidades, que sabia, estaba S.M. dispuesto a evitar en cuanto se lo permitiese su dignidad, pero que esto dependia enteramente de S.M.C. -Pregunte desde luego a S.E. si se hallaba facultado para desaprobar la conducta del Señor Bucareli? su contestacion fue, que no tenia instrucciones de su Corte sobre este punto, y que no tenia instrucciones de su Corte sobre este punto, y que no podia contestar aquella pregunta, sin tener nuevos avisos de Madrid. Entretanto se espreso en los terminos mas conciliatorios, y depreco contra toda medida o resolucion que pudiese con este motivo envolver a los dos Coronas en guerra.
Vm. puede facilmente suponerse cuales serian mis ordenes, cuando tuve el honor de participar al Rey esta conversacion. En suma, cite al Embajador Español para que n os reuniesemos, y le dije: que tenia ordenes de S.M. para reclamar una desaprobacion de los procedimientos de los subditos de S.M.C., y tambien para exigir que las cosas en aquel establecimiento se restituyesen inmediatamente al estado en que se hallaban antes de semejantes actos.
Habiendo comunicado a Vd. por orden del Rey la substancia de lo que paso en esta ocasion, tengo que reclamarle se apersone inmediatamente al Señor Grimaldi, y obserbe a ese Ministro, que como la prueba mas evidente de la sinceridad de la amistad de S.M. acia S.M.C. y de sus deseos por conservar la paz, se halla Vd. autorizado para leerle el contenido de esta carta, y preguntarle, si S.M.C. desaprobando una medida que su Embajador aqui reconoce no haber sido autorizada por sus instrucciones particulares, y restituyendo las cosas al preciso estado en que se hallaban antes que el Señor Bucareli emprendiese esta temeraria espedicion, pondra a S.M. en estado de que pueda suspender esos preparativos, que, bajo las presentes circunstancias, su dignidad no le permite posponer.
Soy, etc.

Weymouth