La noticia sobre la usurpación británica de las Malvinas llegó a Buenos Aires mientras ejercía ña gobernación Juan Ramón Balcarce, quien inició las protestas diplomáticas que luego continuaron todos los gobiernos a partir de esa fecha.
A mediados de 1833, el representante de la Confederación Argentina ante el gobierno inglés, Manuel Moreno, presentó un documento escrito en inglés y francés, protestando por la usurpación y desarrollando los argumentos que fundamentaban la soberanía argentina: que las Provincias Unidas del Río de la Plata, como comunidad política independiente, reconocida por Gran Bretaña y otros Estados, sucedió a España en los derechos territoriales de estas en esa jurisdiccion y que las Islas Malvinas habían sido claramente patrimonio de la Corona española. Por lo tanto, dado que la soberanía española sobre las Islas había cesado al independizarse sus territorios en América, Gran Bretaña no tenía derecho a reclamo alguno. Desde ese momento, la Confederación Argentina nunca dejó de proclamar sus derechos soberanos. Estos reclamos se pueden apreciar también en los mensajes anuales a la Legislatura provincial, elevados por los gobernadores de la conducción de las relaciones exteriores.
Juan José Viamonte afirmaba el 7 de mayo de 1834:
"Al mismo tiempo es sensible al gobierno anunciaros que la protesta dirigida por el ministro argentino en la corte de Londres, sobre la ocupación de aquellas Islas por fuerzas inglesas, no ha sido contestada satisfactoriamente, pero el gobierno, confiado en la ilustración y justicia del gabinete británico, no menos que en la claridad de los derechos de esta república, no desiste de su empeño".