Marcelo Abdala |
Hace un año habló con los docentes, con las autoridades y con los alumnos y se largó a organizarlo. La idea original (el viaje de todo un curso) debió ser bajada a tierra muy pronto: el costo lo hacía imposible.
Finalmente quedó un grupo con una característica particular: los chicos de la escuela de fútbol, tres varones y cuatro mujeres, con su profesora de educación física y entrenadora, Cristina Feria, y el propio Abdala. Siete chicos y dos adultos que nunca habían estado en las islas, que no sabían con qué se iban a encontrar.
Simplemente querían ir, ver, rendir homenaje a los caídos en la guerra de 1982 e interactuar aunque fuera mínimamente con los habitantes.
Los chicos y chicas rosarinos en Malvinas |
Le facilitó un poco las cosas el hecho de que cursó su especialidad en reumatología en Edimburgo, Escocia, y por lo tanto habla bien inglés. Lo demás fue todo cuesta arriba.
“Hicimos de todo para conseguir los fondos: ferias de platos, rifas, donaciones a particulares y comerciantes. Cuando hablé con las autoridades de migraciones de las islas di mi palabra de que no íbamos a provocar ni generar ninguna manifestación política, por eso no pedimos dinero a ningún gobierno”, aclara Abdala.
El itinerario de viaje empezó por supuesto en Rosario el día 27 de Febrero, luego Ezeiza, Santiago de Chile, dieciocho horas de espera y aterrizaje en las islas Malvinas. Tal es la hoja de ruta de siete alumnos de 14 años de la Escuela Cristiana Evangélica Argentina, ubicada en Salta 2300 y a la que asisten 500 chicos entre primaria y secundaria.
Excursiones a sitios históricos y otros puntos de interés figuran en el viaje. Por la noche, se hospedarán en algunas de las 120 plazas hoteleras, aclara Marcelo, quien será acompañado por Cristina Feria, profesora de Educación Física de la escuela. La mayor parte del turismo al archipiélago llega en crucero, pasa el día y vuelve a dormir al barco. Por esto las plazas hoteleras no son muchas. “Hemos trabajado en preparar a los alumnos para que tengan un comportamiento ejemplar. Es un sacrificio grande desde lo económico”, dice Abdala.
El viaje se gestionó en 2014 a partir de conexiones con la Universidad de Edimburgo, en Escocia, donde Abdala realizó una especialización en medicina.
“Hablamos con Migraciones. No hubo gran problema para poder ir. Nos atendieron muy bien. Fueron muy educados”, agrega el representante legal de la escuela.