Al sopecharse del Virrey Liniers, por sus aparentes fluidos contactos con Napoleon Bonaparte, todo juega en su contra. Es asi que al surgir la tirantez con de Elio, los españoles tambien presionan contra el. Dice Destefani refiriendose al partido español de Buenos Aires, que: "...hacia dura oposicion, desde el Cabildo de Buenos Aires y desde Montevideo, a la accion del Virrey". Y a pesar de que esta contaba con apoyo de criollos y de algunos oficiales de la Armada, los porteños aprovechan el incidente para imponer la primera manifesracion propia de oposicion politica a la Junta y, por ella a la autoridad del rey, obligandola a reemplazar a Liniers por Hidalgo de Cisneros como virrey. Este al asumir, tal vez para congraciarse con los criollos, presenta un programa de conciliacion, politico y social.
Pero a esa altura de las cosas, otra era la idea de los porteños.