El domingo 9 helicopteros artillados ingleses atacaron y hundieron, fuera de la "zona de explusion" de las 200 millas establecida por los agresores, al buque pesquero argentino "Narwal", ocasionando un muerto y varios heridos, que fueron ametrallados cuando se hallaban en los botes salvavidas. El lunes 11, la flota britanica estacionada cerca de las Malvinas reanudo los cañoneos navales sobre objetivos terrestres de la defensa, mientras el presidente de Cuba, Fidel Castro, en su calidad de titular de turno del Movimiento de Paises No Alineados, llamaba a detener "la agresion inglesa contra la Argentina", denunciando que "Gran Bretaña, con el apoyo de los EE.UU., preparaba ataques de gran envergadura contra territorio argentino". En la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, el secretario general del organismo mundial, Perez de Cuellar, continuaba las dificultosas y lentas negociaciones para obtener un "alto el fuego", tema inmediato de las tratativas entorpecido por las declaraciones de la primera ministro inglesa, que repitio la negativa de su gobierno a reconocer derechos previos de soberania en el archipielago a la Argentina.
El miercoles 12 la aviacion argentina, respondiendo al cañoneo de la flota inglesa, ataco y averio a dos fragatas, que debieron alejarse mar adentro, perdiendo nuestra Fuerza Aerea dos aviones y derribando, las defensas antiaereas isleñas, a un helicoptero "Sea King". Hasta ese momento, segun informacion del Estado Mayor Conjunto, las bajas argentinas, excepto las del crucero "General Belgrano", eran 41 muertos y 44 heridos. El lunes 10, habia efectuado varias entrevistas cpn altos funcionarios civiles y militares, sin que se informara sobre lo tratado.
El jueves 13 no se registraron en las Malvinas y zona de influencia acciones militares, revelandose en Washington que la mision secreta del general Walters a Buenos Aires habia sido un intento de EE.UU. para recomponer las relaciones entre ambos paises y establecer que la unica alternativa para influir en Gran Bretaña era el gobierno norteamericano, por lo que entendia que las autoridades argentinas debian renovar sus relaciones con Washington, a lo que el gobierno de Galtieri respondio que EE.UU. usase esa influencia para que Inglaterra abandonase sus agresiones belicas, primer paso para restañar las relaciones entre Buenos Aires y la administracion estadounidense.