Desde el mediodia del viernes 2, estamos en abril, los argentinos que se decidieron a concurrir a la convocatoria fueran sus banderas o ideas.
Los argentinos, bulliciosos, henchidos de orgullo, caminaban hacia la historica Playa de Mayo. Seria el escenario obligado para acoger en su ambito, la necesidad de expresar la satisfaccion unanime por la accion que emprendieron sus fuerzas armadas.
Como se ha expresado, no existian divisas ni escudos partidarios, ni vivas ni mueras partidarias. Un grito surgia desde todas las calles de acceso a la plaza, ¡Argentina, Argentina!, y dos unicos colores engalanaban a manos o pechos, en banderas o escarapelas: el celeste y blanco.
La Plaza de Mayo, entretanto, no nuclearia -ese 2 de abril- a un sector u otro de la ciudadania.
Alli estaban los argentinos. El pueblo todo.
Al decir de un matutino -dia 3- Plaza de Mayo fue ayer "el tumultuoso escenario del regocijo popular, poco despues de conocerse que las Fuerzas Armadas, drastico operativo, habian liberado las Malvinas y otras islas en el Atlantico Sur". Alli ya flameaba, tambien como en Plaza de Mayo y en los edificios publicos y privados, la bandera argentina.
Densamente agolpada frente a la Casa Rosada, a mediodia, la muchedumbre rodea la estatua a Belgrano y se agrupa tambien alrededor de la historica piramide, mientras por las avenidas y accesos que desembocan al contorno de la Plaza, verdaderos racimos de hombres, mujeres y niños, siguen sumando presencia algarabia y vivas.
Alrededor de las 14, faltaban pocos minutos para las... en punto, el publico comenzo a entonar nuestro Himno que corto de raiz los canticos con que la gente expresaba su regocijo. ¿Recordamos algunos de ellos? Desde el mas vehemente y sencillo ¡Argentina, Argentina!, al que la picaresca criolla habia creado cuando ganamos aquel ahora tan lejano Mundial 78, transformado al transtrocar su destinatorio ¡el que no salta, es un ingles, el que no salta, es un ingles!
Pero la gente recordaria tambien a la graciosa majestad o a la "dama inglesa": se siente, se siente, la reina esta caliente. Infinidad de funcionarios llenaban, mientras, los balcones de la Casa de Gobierno. Los camiones de los Canales de TV, operativamente, controlaban las emisiones que de entre la multitud, transmitian las figuras de sus noticiosos.
Tras el Himno, un Viva la Patria corono el entusiasmo y la emocion general, mientras tambien se vivaba, en otro sector, al auto cuyo dueño habia pintarrajeado su carroceria con una leyenda festejada: Bienvenidas a la patria, isla Malvinas. Alguien corto la alegria reinante, fue cuando creyo ver al Ministro de Economia en un de los balcones. La confusion duro poco y paso...
Las marchas patrioticas comenzaron a ar eco musica a ese bullicio sano y altivo, y las delegaciones de distintos paises, algunas con sus trajes regionales otras distiguiendose con sus simbolos patrios, que llegaban numerosas, conjugandose a la manifestacion popular y argentinista. Se esperaba la palabra presidencial prometida. Se impulsaba con el dale, Leo, dale, Leo, que surgio, primero, aquie luego mas alla y se expandio seguidamente por todos los demas sectores.
El pueblo, sin banderias ni exigencias -ahora olvidadas- se regia unicamente por un axioma: las Malvinas son argentinas.
Entretanto, racimos de el seguian inundando la Plaza de Mayo, nunca quizas tan unanime, despues de aquel 25 de Mayo de 1806...