Por su parte, el director de "Cronica", que habia tomado fotografias y anotado paso a paso los sucesos, logro pasear un rato por la ciudad, hasta que fue detenido, golpeado y alojado en un calabozo, en el que estuvo hasta el sabado. Al ser liberado y llevado junto con los comandos en la iglesia catolica, Hector R. Garcia fue despojado de los rollos fotograficos y los apuntes. Alli, luego de ser reiteradas veces inspeccionados, interrogados y maltratados, pese a las protestas del padre Roel, pasaron las noches del jueves y viernes, debiendo dormir en el suelo, sin calefaccion u con las escasas mantas que habian traido del avion.
Los comandos se negaron a entregaron las banderas, que las habian colocado bajo sus ropas, alrededor de la cintura. A las 11 horas del dia sabado 1º de Octubre, el padre Roel les anuncio que debian trasladarse hasta el muelle, desde donde un remolcador los llevaria a bordo de un buque argentino, llegado para evacuarlos. Luego de rezar una oracion y recibir la bendicion del sacerdote, en fila india, observados silenciosamente por los pobladores y custodiados por los soldados ingleses, caminaron hasta el puerto. En el muelle, despues de una larga discusion con los ingleses, accedieron a entregar las banderas al almirante Guzman, en su caracter de gobernador argentino de las Malvinas, quiem las recibio en silencio y las llevo al continente. Los tripulantes del DC-4 quedaron a la espera del combustible que le enviarian las autoridades argentinas para volar de regreso.
En una vieja y sucia lancha carbonera fueron embarcados los pasajeros, los comandos, el periodisyas Garcia y el padre Roel, que no abandono en ningun momento a los evacuados. La lancha los trasbordo al buque argentino "Bahia Buen Suceso", donde ingirieron almentos calientes y fueron alojados en camarotes abrigados, aunque separando a los camndos, de los pasajeros y la zafata del avion. Los tripulantes de la nave les demostraron a los jovenes comandos su simpatia y apoyo durante la travesia, que termino el lunes 3 de octubre en la base naval de Usuahia. Alli fueron recibidos por gran parte de la poblacion fueguina, que habia seguido las alternativas de la operacion y estaba enterada de lo sucedido por las informacion radiales.
El juez federal de Tierra del Fuego, en cuya jurisdiccion estaban las actuaciones por "asalto a una nave del Estado", interrogo a los comandos durante todo ese dia lunes y finalmente dispuso su alojamiento, el martes, en dependencias de la jefatura de la Policia de Usuahia, en las que permanecieron hasta la decicion judicial. Fueron condenados a penas de varios meses, en suspenso y a principios de 1967 estaban en sus hogares.
Habian reconquistado 12 hectareas de tierra argentina y hecho flamear la bandera nacional durante 36 horas, por segunda vez desde 1833.