5 mar 2015

La vuelta de obligado

La flota anglofrancesa bloqueó el puerto de Buenos Aires y organizó una incursión aguas arriba del Paraná, para forzar su apertura al comercio internacional.
El general federal Lucio Mnasilla les salió al paso en un recodo conocido como la Vuelta de Obligado, bloqueando el río con bascas encadenadas. A pesar de la resistencia de los artilleros federales, las naves de guerra británicas consiguieron pasar, abrieron el paso a casi cien buques mercantes que venían detrás cargadas de productos, a los que servían de escolta. Pese a ello, la fuerza anglofrancesa no logró el objetivo de expandir su comercio, ya que la decisión de Rosas de enfrentar a la intervención extranjera desato en las provincias una fuerte corriente de apoyo popular que, a lo largo de todo, el Paraná, sostuvo durante los tres años duró el bloqueo cientos de pequeños combates que hostigaron a los barcos franceses e ingleses de tal modo que los obligaron a desistir de su intento. En 1848, con la firma del Tratado Arana-Southern, la intervención extranjera fue levantada y los buques ingleses fueron obligados a saludar el pabellón de la Confederación con salvas de desagravio antes de retirarse.
Este triunfo acrecentó el prestigio de Rosas convirtiendolo en el único líder americano que había resistido las presiones de las dos naciones más poderosas de la tierra.