30 abr 2015

El gaucho Rivero

Mientras tanto, Puerto Soledad o Desolacion, esta convertido en un infierno.
Antes de partir con la "Clio", Onslow ha dejado Dickson el representante de Vernet, a cargo de la administracion britanica, oponiendolo a Juan Simon que recibiera la misma autoridad por parte de Pinedo.
Es decir, que ambos ostentaban cargos teoricos sobre la reducidad poblacion, entre la que quedaban pocos colonos, muchos delicuentes y un grupo de peones criollos, cuyo unico anhelo era -apenas puedieran cobrar sus sueldos en moneda metalica, como pactaran con Juan Simon- irse de las islas.
Aunque formalmente, Simon (frances cuidadanizado chileno) seguia siendo el capataz de la peonada y, como se ha dicho, el representante de Vernet.
Pero caudillo natural de los gauchos, lo era sin duda alguna, Antonio Rivero, el criollo entrerriano nacido en 1805 -segun las estimaciones mas aceptadas- que fuera el primero en reclamar que se les pagase en moneda contante y sonante y no con los vales impresos por Vernet, que luego este cambiaba por mercaderias, vestimenta u otros elementos.
A las casi 26 personas que quedaban en la isla -de las casi 100 que la habitaran hasta enero de 1832- las acompañaban, transitoriamente 10 loberos que tras vender su goleta "Unicorn" al capitan Fitz Roy, solo esperaban la llegada de algun barco para abandonar las islas. De los diez, 8 eran ingleses y 2 sudamericanos.
Mientras el grupo dirigido por Dickson (Brisbane y Metcalf) cuidaban y acrecentaban los intereses de Vernet y los propios, sobre los peones mandados por Simon (hombre de pocas luces, analfabeto -no obstante lo cual, recibio su nombramiento de gobernador interino por escrito- y de caracter altanero) recala todo el trabajo pesado.
Parece que Simon, pese a su corta mentalidad, planeaba quedarse con los bienes y pertenencias de Vernet, calculando que este, ante la presencia inglesa, no retornaria. Asi se dedico a vender cueros, carnes, reses y otros efectos a los tripulantes de los barcos loberos, quedandose con lo producido. A los gauchos les anotaba 2 pesos metalicos por res agarrada, pero no se los pagaba. En cambio les anotaba sus consumos. Con este simple manejo, a mediados de 1833, cada peon  debia entre 500 y 700 pesos plata. Por esta circunstancia se opuso a que abandonaran las islas... hasta que consu trabajo no saldasen dicha deuda.
Temperamento este que parece era compartido por Dickson, Brisbane, Metcalf y los otros extranjeros del grupo que asumian la autoridad de hecho, lo que hizo aparecer ante los gauchos a todos complicados en las maniobras de Simon.
Ante esta situacion, la insatisfaccion de los peones fueron creando reclamos, discusiones, incidentes que derivaron seguidamente en enfrentamientos, rencores y amenazas, que Simon y los demas desestimaron.
Hasta el fatidico 26 de agosto de 1833.
Ese dia estallo el encono entre los administradores -especialmente el mencionado Simon- y los peones.
Por la mañana, Antonio Rivero y 7 peones mas, atacan y matan a Juan Simon, Brisbane, Dickson, Wagner y Ventura Pasosm, saquean las viviendas, se apoderan de armas y efectos, izan la bandera argentina y huyen, con caballos, con caballos, al interior de las islas donde se refugiaron varios meses, hasta que el 3 de enero de 1834 fueron apresados por las tripulaciones de las fragatas inglesas "Challenger" y "Beagle". Rivero y varios de sus acompañantes fueron llevados a Inglaterra y juzgados alli, aunque se los liberto por considerarse que Gran Bretaña no tenia jurisdiccion sobre los hechos, ya que estos habian sucedido fuera de la autoridad inglesa.
Este es, a grandes rasgos, el "caaso Rivero". El mismo inicio una polemica entre historiadores, estudiosos y distintos analistas.
¿Rivero fue simple asesino o un patriota?
Hay sostenedores una y otra tesis; aun se siguen aportando elementos en favor de una posicion o de la otra.
Investigadores prestigiosos como Mario Tessler, Juan Carlos Almeida, Jose M. Rosa y otros, estiman la accion de Rivero como un acto de reparacion.
La posicion de otros, incluida la Academia Nacional de la Historia, considera al gaucho Rivero como "simple delicuente".