El grupo puso al mando a otro peón, el gaucho entrerriano Antonio Rivero, quien el 26 de agosto de 1833 tomó la casa de la comandancia y mató a Dickson, a Simon y a Brisbane. Rivero hizo arriar el papellon inglés, mandó a izar la bandera de la Confederación Argentina y durante más de cuatro meses se hizo cargo de la administración de las Islas, a la espera de refuerzos desde el Río de la Plata.
El apoyo no llegó y el 7 de enero de 1834 arribó a Puerto Soledad el buque inglés "Challenger", que retomó el control de la situación. Nuevamente Rivero se refugió con el grupo rebelde en el interior y obligó al grupo a entregarse.
Antonio Rivero fue enviado preso a Inglaterra y entregado a la Justicia. Sin embargo, fue dejado en libertad porque el juez que tuvo a su cargo la causa concluyó que "los hechos por los que se acusa el señor Antonio Rivero sucedieron fuera de los dominios de la Corona"
En 1838, Antonio Rivero regresó para Suramerica y luego de desembarcar en Montevideo, se dice - aunque no hay pruebas documentales de ello-que cruzo el Río Parana para integrarse a las filas argentinas que luchaban contra el bloqueo angofrancés, muriendo en combate el 20 de noviembre de 1845, en la batalla de la Vuelta de Obligado.