En 1739, los abusos a que daba lugar, por parte de la Gran Bretaña, el contrato del Asiento y, ademas, ciertos excesos de represion cometidos por los cruceros españoles contra los navios ingleses, habia creado un estado de irritacion tal entre ambos paises, que el conflicto era inevitale. El envio de una escuadra inglesa ante Jibraltar, parecio un intolerable acto de intimidacion y el 23 de octubre de 1739 fue declarada la guerra. Era, naturalmente, una guerra naval; sin embargo, la marina inglesa, desorganizada por la larga paz brillo alli, poco. La flota del almirante Verno, que debia tragarse de yb bocado a la America española, sufrio una derrota delante de Cartagena. El comodoro Anson, enviado en 1740 al mar del Sur con una escuadra de seis navios, perdio cinco de ellos en el viaje. Esta ultima expedicion se relaciona con nuestro estudio. Aunque el capitan Anson no haya visto nunca las Falklands, puesto que de puerto San Julian continuo su ruta directa a Cabo de las Virgenes y a estrecho de Le Maire, la mencion que hizo de las islas en el celebre relato de la expedicion, debe ser tenida por una causa productora de los acontecimientos que van a seguir.
Volviendo mas tarde sobre los peligros y desventuras de su viaje, Anson establecia la necesidad de hallar un fondeadero bien previsto para los navios dispuestos a doblar el Cabo de Hornos, sea en las islas Pepys, "descubiertas por el capitan Cowley en 1686, a los 47º de latitud y, segun el doctor Halley a 80 leguas al este del cabo Blanco", sea en las islas Falkland. He aqui las propias palabras de Anson, referentes a estas ultimas:
"Las islas Falkland han sido vistas por numerosos navios franceses e ingleses; Frezier las ubica en su carte en la extremidad de America meridional, llamandolas Islas Nuevas. Woodes Rogers, que seguia la costa noreste en 1708, nos dice que ellas se extienden sobre una longitud aproximada de dos grados y ofrecen tierras onduladas de apariencia fertil, sembradas de bosques y donde no faltan buenos puertos. Por su distancia del continente y su latitud, estas islas deben gozar de clima templado. Cierto que son aun poco conocidas para ser, desde ahora, recomendadas como lugares de refresco para los navios que se dirigen al Cabo de Hornos; pero si el almirantazgo aportuno hacerlas explorar, podria conseguirlo con pocos gastos, enviando solamente un barco adecuado para el examen que propongo..."