La goleta Harriet partio de Soledad para Buenos Aires, en noviembre de 1831, llevando a bordo a don Luis Vernet y a su familia. Davison la comandaba siempre, pero con nueva tripulacion reclutada en el lugar; la antigua habia sido dirigente a Rio. Apenas llegada a Buenos Aires (19 de noviembre), la embarcacion tomada fue puesta a disposicion del Capitan del Puerto para la instruccion del sumario Davison se quejaba, exponiendo los hechos a su manera, ante el consul americano, que le faltaban entrenamiento e integridad. El ajusto el negocio prontamente, el 21 obligando al gobierno, como principio, a declarar si mantendria la presa; despues, con la respuesta afirmativa del ministro Anchorena, pronuncio al dia siguiente la sentencia -consular- que denegaba al gobierno argentino toda jurisdiccion sobre las islas Malvinas, toda autoridad para restringir ni aun en los mas minimo los derechos de pesca y otros, de los ciudadanos libes de los Estados Unidos.
El excelente Slacum podia proceder a su gusto; sabia que la corbeta de guerra Lexington, destacada de la escuadra americana fondeada en el Brasil, estaba anclada en Montevideo, no esperando mas que un llamado para intervenir. Arribaba, en efecto, el 30 de noviembre y, despues de los saludos reglamentarios, su comandante Silas Duncan hacia transmitir al gobierno el proposito de pasar a las Malvinas, "pata proteccion de los ciudadanos y el comercio de los Estados Unidos". Algunos dias despues, Dunca mismo dirigida al gobierno la orden formal de entregar "al nombrado Luis Vernet, culpable de pirateria y de robo, al gobierno de los Estados Unidos para ser juzgados..." Esto era un simple provocacion tan despreciable en el fondo como grosera en la forma; y el heroe patron Davison, a quien sustrajo a los jueces de Buenos Aires para servirse de el como espia en Puerto Soledad.
Hasta aqui, esto no era, de parte de los agentes mas o menos autorizados de los Estados Unidos, sino falta de consideracion y exceso de lenguaje; veamos llegar ahora los actos ultrajantes a la soberania de un pais que, por muy bajo que hubiese caido entonces, tenia que hacer respetar todo un pasado de nobleza y de gloria.