25 abr 2016

Cómo los Panamá Papers hermanan a narcos, terroristas y políticos


Algunas de la figuras involucradas en los Panamá Papers,
destacan Lionel Messi y el presidente argentino Mauricio Macri
Los Panamá Papers, la filtración que compromete a la elite mundial con cuentas en paraísos fiscales, no sólo es la mayor en la historia del periodismo de investigación, sino que con el curso de los días toma distintos derroteros e interpretaciones. Es una investigación realizada por 370 grupos periodísticos en 76 países sobre un cúmulo de información que ha superado varias veces a todas las pesquisas realizadas con anterioridad. Para darnos una idea de la magnitud de este destape de información, los casos de WikiLeaks de 2010 se apoyaron en documentos que sumaban 1,7 Gigabytes. El Panamá Papers, que ha reunido 11,5 millones de documentos, supera los 2,6 Terabytes (un Terabytes corresponde a mil Gigabytes). La información, que hasta el momento ha dado varias vueltas al planeta, promete, según los investigadores, ser sólo la mitad de la obtenida.

Los millones de datos fueron extraídos de la firma Mossack y Fonseca, fundada en 1977 en Panamá, hoy en día, según ellos mismos destacan, “líder global en servicios integrales de carácter legal y fiduciario”. Con más de 500 agentes en el mundo, y oficinas de varios pisos y 600 empleados en el país canalero, ofrece un portafolio de negocios “en las jurisdicciones de Malta, Hong Kong, Chipre, Islas Vírgenes Británicas, Bahamas, Panamá, Anguila Británica, Seychelles, Samoa, Nevada y Wyoming (Estados Unidos)”. Como puede observarse, varios de estos nombres, si no todos, están asociados con paraísos tributarios y legales. En síntesis, lo que los panameños ofrecen es un buen lavado de dinero.

Mossack y Fonseca se especializa precisamente en esta actividad mediante la creación de sociedades y fideicomisos que esconden la titularidad de los depósitos. Esta estructura, sin embargo, se ha transparentado esparciendo a través del mundo la verdadera forma de actuar de los poderosos y sus corporaciones. Todas las explicaciones, las negaciones y rechazos de la elite, son simples balbuceos ante las toneladas de documentos.
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